Todos los nervios del estreno ya han quedado atrás. Son ya muchos
campus pero todos son diferentes y todos te generan ese gusanillo en el interior que es síntoma de
responsabilidad sobre todas las cosas.
Ver hoy la cancha llena de niños y niñas vestidos iguales y con el
nombre de nuestro club ha sido una gozada.
Arrancaba el campus con el reparto de la ropa y la distribución de
los jugadores y jugadoras en sus, inicialmente previstos, grupos de trabajo. Digo inicialmente porque
hay jugadores de los que no tenemos mucha información y a veces durante el
campus nos vemos obligados a cambiarlos de grupo para que puedan sacar un mayor
rendimiento en las sesiones.
Bien es cierto, que los
primeros instantes han sido para que todos se saludaran, ya que para algunos,
no muchos, hacia un año que no se
veían ¡¡¡
Una vez distribuidos los grupos y asignados los entrenadores para
cada grupo, comenzaba el trabajo de la mañana con la primera sesión dedicada al 1x0 donde se trabajaban
diferentes gestos técnicos que luego se llevaban a la práctica en el 1x1.
Pasábamos a comer la pieza de fruta y las galletitas de chocolate
para recuperar fuerzas para hacer frente a la segunda sesión que dividía a los
jugador@s en dos grupos para poder trabajar de manera optima con Verónica en la
primera clase de coordinación. El grupo que se quedaba fuera trabajaba a campo
entero la primera sesión destinada a la salida del balón trabajando el primer
pase de contraataque.
Turno para la piscina, actividad estrella para much@s, donde
además de bajar temperatura corporal y relajar los músculos los chic@s se lo
pasan en grande.
Os podéis imaginar el hambre con la que salen del agua, pero nos
esperaban un arroz con tomate y unas albóndigas que sirvieron para afrontar la
tarde con garantía.
Por la tarde, sesión táctica dirigida por Jose en el que se trabajo
sobre el trabajo del 1x1. Toma de decisiones.
Para terminar la tarde, concursos de tiros.
Ducha y merienda y a descansar.
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